El más soberbio de los tres cerditos-Javier y Alberto los otros- se desplazaba con gran petulancia. El sujeto fuerte del delincuente prófugo, era intocable. Rodeado de un centenar de policías judiciales, su guardia personal, transitaba por las calles de la ciudad con convoyes espectaculares, que ni Obama tenía cuando era secretario de seguridad. Arrogante, prepotente, déspota el sátrapa era rey porque le soplaba cerca, muy cerca al dictadorzuelo. Pensaba nada pasaría y por ello transitaba en impunidad. Hoy el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares , hay que reconocerlo, se apunta un importante logro pues no hay veracruzano que no célebre, la detención de esta rata inmunda. Ahora hay que llamar a sus cómplices, incrustados en su administración. Justicia Divina. La terrenal corresponde, al fiscal Jorge Winckler. Felicidades y gracias.